La Universidad Nacional Autónoma de México desempeña un papel fundamental para el desarrollo del país. El Centro de Enseñanza para Extranjeros, Campus Taxco (CEPE-Taxco) es un centro educativo y cultural de la UNAM, establecido en esta ciudad colonial desde hace ya 30 años, que disfruta de gran reconocimiento en este municipio porque además de dedicarse a la enseñanza del español a estudiantes extranjeros, realiza aportaciones significativas al contexto local y ofrece a la población servicios educativos y culturales de gran pertinencia.
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El Centro de Enseñanza para Extranjeros de la Universidad Nacional Autónoma de México (CEPE) tiene como antecedente la creación en 1921 de la Escuela de Verano, impulsada por el entonces rector José Vasconcelos con el objetivo de universalizar el conocimiento sobre la lengua española y la cultura mexicana; así como apoyar académicamente a las comunidades mexicanas en el exterior. La sede principal del CEPE está ubicada en el Campus de Ciudad Universitaria (CU) en la Ciudad de México.
La sede del CEPE en la ciudad de Taxco empezó a funcionar en 1992, cuando se firmó un convenio de comodato mediante el cual el gobierno del Estado de Guerrero cedió en custodia de las instalaciones de la Ex Hacienda de El Chorrillo, hacienda de beneficio minero construida en el siglo XVI por órdenes de Hernán Cortés. En ellas, la UNAM instaló la sede del CEPE-Taxco y de la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas, con lo que se inició la estancia de la Universidad Nacional en el norte de Guerrero.
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La Ex Hacienda de El Chorrillo es un bello inmueble histórico del siglo XVI ubicado en la parte norte de la ciudad de Taxco de Alarcón. La construcción, que fue propiedad del conquistador español Hernán Cortés, se considera una de las primeras haciendas de beneficio minero en el continente americano. En ella se llevó a cabo durante más de 400 años el proceso de separación de la plata mediante el uso de grandes cantidades de agua como fuerza motriz.
Durante el siglo XVI, la zona donde actualmente se ubica la Ex Hacienda de El Chorrillo fue conocida como real de Cantarranas y llamada Texaltitlan por los indígenas.
En 1539 Hernán Cortés donó a sus hijos Martín Cortés (legítimo) y a Martín y Luis (naturales) los esclavos indígenas que tenía en Taxco para el trabajo en las minas y en el beneficio de la plata en su hacienda de Cantarranas que se realizaba por medio del método de fundición. Este método implicó la construcción de hornos y la utilización de grandes cantidades de leña y de carbón.
Al parecer, en el último tercio del siglo XVI este inmueble se convirtió en un centro religioso judaizante. En el año de 1582 la Hacienda de Cantarranas fue adquirida por Jorge de Almeida, hombre de negocios mineros y su esposa Leonor Carvajal, ambos de religión judía, perseguidos por la Inquisición.
Se dice que durante el movimiento revolucionario la hacienda fue saqueada y semidestruida por lugartenientes de Emiliano Zapata. Por mucho tiempo, la hacienda estuvo abandonada hasta que pasó a ser propiedad del Gobierno Municipal.
En 1944 la Hacienda de Cantarranas albergó el taller de las Delicias de William Spratling, fundado por él en 1931. Posteriormente, este inmueble fue adquirido por el Sr. John Sullivan y su esposa Esther, quienes conservaron el casco original y parte de los acueductos. Este matrimonio construyó pequeñas casas para ofrecer servicio de hospedaje a turistas.
En la década de los ochenta el inmueble fue adquirido por el gobierno del estado de Guerrero y en 1982 las instalaciones de la Ex Hacienda de El Chorrillo fueron habilitadas para establecer el Centro de Artes Plásticas de Taxco y el Centro de la Gastronomía Guerrerense.
En 1992 se firmó el convenio de comodato mediante el cual el gobierno del estado de Guerrero cedió en custodia las instalaciones de la Ex Hacienda de El Chorrillo, a la Universidad Nacional Autónoma de México. En ellas, la UNAM fundó la sede Taxco del Centro de Enseñanza para Extranjeros y de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, con lo que se inició la estancia de la Universidad Nacional en el norte de Guerrero.
*Texto del Dr. Rodrigo Rafael Espino Hernández, académico e investigador de la UNAM